En este caso, sin embargo, los mismos componentes que hicimos el anterior, encantados con la compenetración de nuestro cadáver común, decidmos repetir, cambiando el orden.
A mi me tocó comenzarlo y esto es lo que hice:
Cristina Goupillaut, desde Córdoba, al otro lado del Atlántico, me envió su continuación:
Y este fue el resultado final:
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